dejandome desnudo a plena luz
tus reproches nos separan
y esa fue siempre mi cruz,
me mostrabas tus delicias
en mi producías un apagón
la sinvergüenza con la blusa entreabierta
jugaba conmigo al gato y al ratón.
Arisca como las hembras felinas
disfruta jugando con mi situación
reparte sus cartas con ambas manos
dejandome aniquilado en un rincón,
en la habitación entraba un aire caliente
a mi me daban muchisimas ganas de gritar
porque después de todo no me explicaba
que nunca de mi mente la lograba expulsar.
El lento calvario se hace mas largo
por momentos mi sucio destino se acerca
triste y doloroso siento el miedo
cuando tus manos me quieren tocar
recobro los sentidos que creía perdidos,
de la vieja tortura no logro escapar,
jugara y reirá como una maldita
hasta las puertas del infierno me quiere llevar
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