jueves, 21 de abril de 2011

Anestesia para el alma


Salí a encontrar mi anestesia para el alma
dañada por este mundo infernal
a ver que era lo que se llevaba la palma
y me arrancaba este odio visceral.

Pateé sin suerte farmacias de guardia
acuciado por ese inmenso dolor
que me ponía al borde de la taquicardia
y nada lograba ponerme mejor.

Con los nudillos heridos de golpearse
contra las puertas de algún doctor
que de mi tendría que apiadarse
que a cada instante me sentía peor.

Ni siquiera los mejores cirujanos
podían cicatrizar esa sensación
¿para que confiaría en matasanos
incapaces de encontrarle una explicación?

Entré a un bar y pedí una cerveza bien fría
aunque la fuese a tomar en soledad,
a ver si así se me iluminaba el día
y de paso mataba aquella ansiedad.

Oí sonar algo que me hizo saltar
y mi alma su calma recuperó,
sentí como ella quería volar
y aquella herida de repente cicatrizó

Con aquellos acordes que oí tocar
y ahí comencé a sentirme vivo,
mi alma de nuevo consigue soñar
dejando de ser maniático depresivo.

Fuí a encontrar mi anestesia para el alma,
la música borró aquel mundo infernal,
fue la receta que se llevó la palma,
esa cura que no tiene igual.


GRACIAS MÚSICA POR EXISTIR

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