jueves, 20 de noviembre de 2014

El soldado desconocido IV


                                                         PARTE IV


Ya frente aquellos muros traté de reconstruir la casa en mi cabeza,no muy grande,de dos plantas,con una parte que había sido cuadra para los animales,la planta baja habría sido casi con toda seguridad esa cocina y sala donde los habitantes antiguos y seguramente años después el soldado habría pasado mucho tiempo tizando su cocina de carbón,la antigua calefacción de las casas,seguramente la planta superior si quitamos la parte que habría servido de tenada,hubiera tenido dos habitaciones.

 
Una vez reconstruida la casa,era hora de recomponer o al menos tratar de hacerlo,la historia del desconocido.Preguntando me habían contado que él no era del lugar,lo único que tenían claro las personas con las que había hablado del tema,es que era un maqui.Por si acaso alguien no lo sabe,los maquis fueron aquellos soldados que estaban en contra del franquismo,aquellos que su vida no valía absolutamente nada,a ojos del franquismo y que en su gran mayoría se tiraban al monte practicamente obligados para continuar con su lucha,¿que lucha?la de la libertad.Sabían que deberían vivir escondidos como el caso que nos ocupa.

 
Dicen que podría haber sido el único superviviente de un grupo de maquis,posiblemente leonés,que su lucha le había llevado por la zona piloñesa y que allí creía haber encontrado un buen lugar donde pasar desapercibido o bien porque en la zona tenía algún conocido o algún contacto,vuelvo a insistir en que aquella zona si no la conoces no la encuentras.

 
La zona de montaña con el bosque de pinos a dos pasos imagino que sería un buen lugar para la caza para su supervivencia,hay variada fauna,ante mis ojos pasaron ciervos,jabalís,zorros,conejos,liebres,supongo que ante los suyos también,de suponer es también que quizá el soldado,alguna noche,se habría dejado caer por algún gallinero del cercano pueblo.
Esa imagino sería su condena,vivir de noche,dormir y esconderse durante el día,puesto que aunque la casa de aquella estaba abandonada y ya sin dueños,los prados de los alrededores no y en una zona rural y ganadera,los granjeros llevasen por allí a pastar a sus reses y de aquella no te podías fiar practicamente ni de tu sombra.

 
Aunque pensándolo bien,no es descartable que alguno de aquellos ganaderos fuera su contacto y siempre y cuando pudiera,le suministraría algunos viveres,recordad que si la zona rural ya era pobre de por sí,imaginaos en tiempos de guerra o algo más tarde con aquellas cartillas de racionamiento,si no las conoceis preguntadle a vuestros abuelos,que seguramente tendrán bastantes historias interesantes de conocer y que si hoy nos quejamos de estar viviendo tiempos duros,que lo son,aquellos tiempos lo eran muchísimo más y si no,simplemente preguntad.

 
Pero volvamos a nuestro protagonista y al ganadero que le haría de contacto o enlace,o simplemente le echaba una mano porque compartían la misma causa o ideología,algo que no podías mostrar en público y practicamente ni en privado,tu vida dependía de ello y a la mínima sospecha,sin preguntas ni juicios ni historias,te daban el paseillo.
Seguramente se reunirían aprovechando la vigilancia o el transporte del ganado y charlarían de como estaban las cosas,de las noticias y novedades de la zona o de la lucha,todo esto con la carga añadida de que sus vidas estaban en juego,uno por maqui huido y resistencia al franquismo y otro por ayudarle,argumentos suficientes para acabar con algún tiro en el cuerpo.

 
Lo que daría por poder verlo por un agujero el modo en que contactaban,su código para saber que era su conocido quien andaba por las cercanías.Y si la vida del soldado tenía que ser dura,también la de su contacto,debe ser angustioso tener que vigilar tus pasos y más sabiendo que de ellos depende no solamente tu vida si no la de otra persona,a la que tristemente,le quedaban pocos pasos por dar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario