PARTE IV
Ya frente aquellos
muros traté de reconstruir la casa en mi cabeza,no muy grande,de dos
plantas,con una parte que había sido cuadra para los animales,la
planta baja habría sido casi con toda seguridad esa cocina y sala
donde los habitantes antiguos y seguramente años después el soldado
habría pasado mucho tiempo tizando su cocina de carbón,la antigua
calefacción de las casas,seguramente la planta superior si quitamos
la parte que habría servido de tenada,hubiera tenido dos
habitaciones.
Una vez reconstruida
la casa,era hora de recomponer o al menos tratar de hacerlo,la
historia del desconocido.Preguntando me habían contado que él no
era del lugar,lo único que tenían claro las personas con las que
había hablado del tema,es que era un maqui.Por si acaso alguien no
lo sabe,los maquis fueron aquellos soldados que estaban en contra del
franquismo,aquellos que su vida no valía absolutamente nada,a ojos
del franquismo y que en su gran mayoría se tiraban al monte
practicamente obligados para continuar con su lucha,¿que lucha?la de
la libertad.Sabían que deberían vivir escondidos como el caso que
nos ocupa.
Dicen que podría
haber sido el único superviviente de un grupo de maquis,posiblemente
leonés,que su lucha le había llevado por la zona piloñesa y que
allí creía haber encontrado un buen lugar donde pasar desapercibido
o bien porque en la zona tenía algún conocido o algún
contacto,vuelvo a insistir en que aquella zona si no la conoces no la
encuentras.
La zona de montaña
con el bosque de pinos a dos pasos imagino que sería un buen lugar
para la caza para su supervivencia,hay variada fauna,ante mis ojos
pasaron ciervos,jabalís,zorros,conejos,liebres,supongo que ante los
suyos también,de suponer es también que quizá el soldado,alguna
noche,se habría dejado caer por algún gallinero del cercano pueblo.
Esa imagino sería
su condena,vivir de noche,dormir y esconderse durante el día,puesto
que aunque la casa de aquella estaba abandonada y ya sin dueños,los
prados de los alrededores no y en una zona rural y ganadera,los
granjeros llevasen por allí a pastar a sus reses y de aquella no te
podías fiar practicamente ni de tu sombra.
Aunque pensándolo
bien,no es descartable que alguno de aquellos ganaderos fuera su
contacto y siempre y cuando pudiera,le suministraría algunos
viveres,recordad que si la zona rural ya era pobre de por
sí,imaginaos en tiempos de guerra o algo más tarde con aquellas
cartillas de racionamiento,si no las conoceis preguntadle a vuestros
abuelos,que seguramente tendrán bastantes historias interesantes de
conocer y que si hoy nos quejamos de estar viviendo tiempos duros,que
lo son,aquellos tiempos lo eran muchísimo más y si no,simplemente
preguntad.
Pero volvamos a
nuestro protagonista y al ganadero que le haría de contacto o
enlace,o simplemente le echaba una mano porque compartían la misma
causa o ideología,algo que no podías mostrar en público y
practicamente ni en privado,tu vida dependía de ello y a la mínima
sospecha,sin preguntas ni juicios ni historias,te daban el paseillo.
Seguramente se
reunirían aprovechando la vigilancia o el transporte del ganado y
charlarían de como estaban las cosas,de las noticias y novedades de
la zona o de la lucha,todo esto con la carga añadida de que sus
vidas estaban en juego,uno por maqui huido y resistencia al
franquismo y otro por ayudarle,argumentos suficientes para acabar con
algún tiro en el cuerpo.
Lo que daría por
poder verlo por un agujero el modo en que contactaban,su código para
saber que era su conocido quien andaba por las cercanías.Y si la
vida del soldado tenía que ser dura,también la de su contacto,debe
ser angustioso tener que vigilar tus pasos y más sabiendo que de
ellos depende no solamente tu vida si no la de otra persona,a la que
tristemente,le quedaban pocos pasos por dar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario