Sonaba como una estampida
su entrada en la habitación,
como cazador en su batida
preso de estúpida posesión,
a su paso ruido de cristales
que aumentaban el dolor
acrecentando los males
destrozando todo a su alrededor.
Para él solo es un juego
ignorando cualquier ruego,
saber dar donde duele,
para esto no hay castigo
y es aquí donde maldigo
nuestras inútiles leyes.
Cuesta salir de esa penumbra
en la que vives asustada
donde tu mente se acostumbra
a ese "aquí no pasa nada",
cuesta dejar el miedo a un lado,
darse cuenta de la mentira,
jode ver que todo ha cambiado,
duele curarse de esa herida.
Para él solo es un juego
ignorando cualquier ruego,
sabe dar donde duele,
para esto no hay suficiente castigo
y es aquí en donde me digo
me cago en las putas leyes
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