martes, 11 de mayo de 2010

Dos manos vacias


Harto de golpes que me daba
sin sentido en tus aguas frías
mordí la cola del pez que nadaba
para sentir cosas que eran mías.
Cansado de sentir que mi alma robabas
marque el numero de la policía
para seguir el rastro que dejabas
pero por casos así la madera no venia,
así que opte por un detective
cansado ya de la raza humana
que vivía en pleno declive,
no curraba hoy y descansaba mañana.
Así que me vi sin darme cuenta
sin ayuda y con dos manos vacías,
con una cara que bien aparenta
lo tristes que quedaron los días.
Empecé a cometer demasiados excesos
buscando las caricias de otras manos,
probando sabores de otros besos,
conociendo los placeres mas mundanos
en cajones de sastre me vi atrapado
sin saber muy bien como salir del entuerto
tratando de olvidar mi pasado
con la suerte que da la mirada de un tuerto.
Y os diré que me fui y que corrí
como en una maraton de fondo
que no fue cansancio lo que sentí
si no la caída en un pozo muy hondo.
Y allí sentado empecé a reflexionar
en como había llegado a este punto,
pensé en que me tendría que levantar
convirtiendo al pasado en difunto,
mirando arriba comencé a escalar
la montaña,de todas,la mas alta,
una cumbre difícil de alcanzar
para una persona que esta harta
de querer recuperar su alma
que quiere salir de esta cloaca,
volver a encontrar de nuevo la calma
donde ningún mal me ataca,
donde me siento a salvo y tranquilo
para volver a sentirme yo mismo
para no tener que mover ni un hilo
para salir del borde del abismo

No hay comentarios:

Publicar un comentario