miércoles, 5 de mayo de 2010

Al compas de los grillos












No quiero ser flor de invernadero
encerrado me desespero
parado no me puedo quedar.
Ni quiero morir en el desierto,
mejor vivir en campo abierto
donde pueda respirar,
ni ser la costilla de tu esqueleto,
ni ser predicado ni sujeto
de una frase sin ordenar,
ni ser de tu suelo la tabla
que hace tiempo que no habla
porque no la dejas de pisar.
Quiero ser quien al miedo muerda
y lo ate con una cuerda
para que no moleste mas,
ser el justiciero enmascarado
que no se va de tu lado
por si te atacan por detrás,
cuando ya nada importa,
cuando la distancia es tan corta
que puedo oírte respirar,
pero me matan el empeño
en dejar de sentirme pequeño
y no me puedo levantar
para dejar de ser suela
de cualquier cosa que duela
ni de ser malo así porque si
y cantar por los pasillos
al compás de los grillos
que siempre tocan para mi,
sea en verano o en invierno
en mi particular infierno
donde mis males se mortifican
que en mi inventado averno
que tiene forma de cuaderno
mis penas se mastican,
que quiero ser ese loco
al que el día le parece poco
y en la noche suele escribir
sin lujos pero con comodidad
con prisas pero con tranquilidad
orgulloso de así sobrevivir

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