ODA A UNA MADALENA
Dicen que la curiosidad mató al gato
y casi mata también a un can
que por contemplar a la madalena un rato
sus pies,sin duda,prados y montes atravesarán
aún a riesgo de embarrarse los zapatos
y sin vergüenza ni pensando en el que dirán.
Para desvelar el misterio de su embalaje
que cubre su cuerpo a modo de papel,
por ahí algunos lo llaman ropaje
que insinua pero no enseña toda su piel
que imaginas como un carruaje
que hasta aquí la trajo desde Teruel.
Y quieres ser ese gato que casi mata la curiosidad
para contemplarla disimuladamente,
para a su lado poder ronronear,
para acercarte lenta y sigilosamente
y averiguar si bajo el papel esconde bondad,
también para atacar ferozmente
a todo aquel que la quiera molestar.
Nunca fui un tipo muy normal
quizá por eso hoy escribo a una madalena
una oda que no creo haya otra igual,
pondré en el árbol la manzana con la luna llena,
cogeré una guitarra aunque la toque mal
y cantaré para verte bailar con encanto,flamenca morena.
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