Esos dedos por mi espalda
que dibujaban una forma,
como un estante y su balda
hayaba mi zapato la horma
sabiendo la que se avecinaba
acelerando mi respiración
mi mirada sobre ti reposaba
presa por tu insinuación,
uff que dulce esa condena
la que me iban a sentenciar,
el eslabón perdido de mi cadena
esa noche lograba encontrar
para condenarme,para atarme,
para disfrutar del momento,
para gozar,para deleitarme
con tu sabor en mi aliento...
Oh dulce condena cae sobre mi
y deja que se haga eterna
no quiero escaparme de aquí,
enciérrame en esta caverna
del placer y del desenfreno
que hay en tu cuerpo esbelto
donde con ganas me quemo
y del que ya no me suelto
hasta que pruebe tu veneno
que me transporte al soñado nirvana
para quedarme allí sereno
pasaría así contigo toda la semana,
¿que digo?pasaría la vida entera
cumpliendo en ti la penitencia,
que no puedo encontrar la manera
de arrancarte de mi conciencia
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